Para este mes de octubre, el Comité de Cata Apoloybaco ha realizado un encuentro enogastronómico muy especial, coincidiendo con el XX Aniversario de la presencia de apoloybaco en internet, hemos realizado un comité de cata extraordinario, exclusivo y excelente. El tiempo pasa volando, es verdad, pero no es facil cumplier 20 años, en una actividad que nació por puro placer y entretenimiento. Tres amigos aficionados a los vinos, a la música de Jazz y a la Literatura, deciden elaborar una página web, donde incluir estas aficiones
Todo ello ocurría en octubre de 2001, será casualidad pero era el año en el que daba comienzo el tercer milenio de nuestra era, una alineación estelar, bajo la cual nace Apoloybaco, su objetivo dar a conocer por esta «red de redes» en la que se ha convertido Internet, nuestros conocimientos y nuestra pasión por los tres elementos que conformaban Apoloybaco (Vinos, Jazz y Literatura), con un contenido informativo, formativo y lúdico también.
Al poco de nacer se le incluyó otra afición más, La Gastronomía, Nosotros queriamos algo mas que hablar de los menús y de la elaboración de platos, queriamos hablar de la comida desde un punto de vista cultural, social y antropológico, Como se define la gastronomía: Es la ciencia y arte que estudia la relación del ser humano con su alimentación y su medio ambiente o entorno. Es un conjunto de conocimientos y actividades que están relacionados con los ingredientes, recetas y técnicas de la culinaria así como con su evolución histórica. Así que tenemos las cuatro patas que definen a Apoloybaco: Jazz, Vinos, Literatura y Gastronomía, acompañado de nuestro slogan. Cuatro placeres divinos para ser disfrutados por los humanos.
Por ello esté Comité de Cata de Apoloybaco tenía que tener una dimensión excepcional, así que los asistentes, además del habitual comité de catadores, estaría también la Junta directiva de Apoloybaco y colaboradores. En la foto, de izquierda a derecha: José M. Massé, Antonio Lara. José Miguel Vaquero, Charro Barrios, Antonio Vizcaino, Luis Miguel León, Carmen Espallargas, Fernando Solis, José Dominguez, Vicente Sanchis, Elena Vigueras, Pepín Corral, Julián Navarro, Antonio Vázquez, Manuel Vela y Sara Navarro. Y el 25 de octubre del 2021. celebramos una cata de vinos exclusivos y casi únicos, ya que fueron vinos de la añada 2001, año que nacio Apoloybaco. Y fué una cata que contó con su armonización gastronómica.
Fueron seis tintos, un blanco y un cava, este de la añada 2004. Y como broche final, el amontillado que ha embotellado Apoloybaco para conmemorar su aniversario; el «20 añadas de Apoloybaco», un vino para que los soci@s y amig@s puedan disfrutárlo, una vez que se ponga en distribución.
No ha sido facil encontrar los vinos de la añada 2001, pues 20 años para según que cosas son muchos años y además corriamos el riesgo de que no hubieran estado bien conservados y por tanto no estuvieran en condiciones de beberse, afortunadamente no fue el caso.
En está ocasión, aunque no se había nombrado un Magister Bibendi, como es habitual en nuestras catas, sí hizó las veces de simposarca, es decir dirigió la cata, el amigo José M. Massé y lo hizó con maestría y pedagogía. Fué también el encargado de buscar el mejor maridaje con los platos que nos presentaba Kim Catalán, la chef del Espacio gastronómico «T» de Contenedor, donde celebramos este encuentro.
Dicho encuentro también tuvo su momento emotivo, ya que la Junta Directiva de Apoloybaco había decidido hacer un merecido homenaje y reconocimiento a Elena Vigueras y Julián Navarro, dos amigos y socios de Apoloybaco y dos pioneros en la recuperación de la elaboración de vinos tranquilos en la Sierra Norte de Sevilla, con la plantación de unos viñedos y la fundación de una bodega en Cazalla de la Sierra en el corazón del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, allá por el año 1998.
A principios del siglo XX, en esta comarca se repartieron lotes de tierra entre los campesinos, eran las denominadas «Colonias Agrícolas de Galeón», más de 400 hectáreas repartidas en 70 lotes para los colonos con el compromiso de cultivar vid para uso vinícola. Y en una de estas colonias, la «Colonia 40» se instalron Elena y Julián para elaborar vinos tranquilos blancos, tintos y rosados y algún que otro espumoso. Uno vinos procedentes de una agricultura ecológica.
Con este proyecto vitivinícola, Julián y Elena se convirtieron en unos auténticos pioneros en la recuperación de la vinificación de vinos tranquilos en la provincia de Sevilla, su amor por la tierra y su pasión por los vinos, encontro su recompensa en los extraordinarios vinos que elaboraron durante cerca de veinte años, vinos que fueron premiados en distintos cerámenes tanto nacionales como extranjeros, pero sobre todo por el reconocimiento y valoración del público en general.
Sin duda Elena y Julián han realizado una magnífica labor , tanto en el viñedo como en la bodega. En el viñedo con la plantación de variedades nobles, como la Cabernet Franc, la Petit Verdo, la Chardonnay o la Vioger, entre otras, con una agricultura ecológica y biodinámica. Y en bodega con la utilización de instalaciones modernas como los dépositos de acero inoxidable y la crianza de los vinos en barricas de roble.
Apoloybaco teniamos una deuda con ellos, igual que creo que la tienen todo el mundo aficionado a los vinos, pues emprender una tarea tan aventurera de hacerse viticultor y bodeguero no es fácil y ellos lo hicieron de forma autodidacta, recogiendo los conocimientos de otros viticultores y bodegueros, principalmente de Andalucía. Por ello es un justo reconocimiento la entrega de esta figura con su correspondiente placa dedicada a Elena Vigueras y Julián Navarro.
 |
 |
| Kim Catalán, chef del espacio «T» presentando los platos | Panorámica de los catadores y catadoras |
 |
 |
| Emotivo discurso de Antonio anunciando la entrega de la placa | Sorpresa de Elena y Julián,al fondo de la foto |
 |
 |
| Entrega de la figura y placa en reconocimiento a su labor vinatera | Julián y Elena dos bodegueros pioneros en Sevilla |
En esta especial y exclusiva enogastronómica cata, los vinos, como ya hemos comentado, ocuparon un lugar destacado, vinos de la añada 2001 en su mayoría. no fueron puntuados por los catadores. Tan sólo se realizó una valoración general de los mismos.
Así el cava Mestres Nostre Senyor 2004, que fué el primero que catamos, mostraba una burbuja pequeña y persistente. Muy buena intensidad. Citricos dulzones, manzana asada, bollería, Muy buen ataque. Cremoso, envolvente, goloso, muy buena acidez.
A continuación el Valmiñor 2001, Albariño. Aromas intensos a plátano, naranja cristalizada y notas de mango. Un vino que ha resistido muy bien el paso de los años, sorprendió gratamente a los asistentes.
Tierras de Luna. 2001; un vino muy correcto después del tiempo transcurrido, aunque mostraba sintomas de cansancio.
Manuel Manzaneque. 2001; quizás fuera el vino que peor ha soportado el paso del tiempo, estaba ya totalmente decaido, todos los asistentes coincidieron con esta valoración
Heretat Vall-Ventos. 2001; Un coupage de cabernet sauvignon, merlot y pinot noir, mantenía aún las trazas de un gran vino, que el paso de los años no había podido eliminar. Un vino muy agradable de tomar y de maridar con diversos platos.
Mauro. 2001; obtenido de las variedades, 90% Tempranillo, 8% Syrah y 2% Garnacha. Con una crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano. De lágrima potente. De buena intensidad en nariz aromas a regaliz y tostados. Boca potente y bien estructurado. Los años han potenciado sus caracteristicas y según todos los catadores y catadoras fué el mejor de los vinos tintos que catamos.
Marqués de Vargas. 2001; Varietales: 60% tempranillo, 20% otros, 10% mazuelo y 10% garnacha. 23 meses en barricas de roble ruso. Embotellado en Enero de 2004. Nariz intensa, muy bien integrada En boca continúa estando bien estructurado, con presencia de señales amargosas nobles. Fue también uno de los mejores vinos tintos de la cata.
Pintia 2001; obtenido de la variedad Tinta de Toro (100%) de viñedos de mas de 40 años de edad media. Con una crianza de 13 meses, el resto en botella hasta su comercialización en el 2004. La añada de 2001 fue declara por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro como Excelente. Esta bodega no tiene segundas marcas, por ello Pintia es un vino «único». Fué una pena, pues se encontraba ya en el final de su vida, se podía beber pero no aportaba nada.
» 20 Añadas de Apoloybaco»; es un vino amontillado, de Bodegas Loreto en Villanueva del Ariscal (Sevilla), obtenido de la variedad Garrido Fino y participa de crianza biológica de unos 6 años de duración del velo en flor y una posterior crianza oxidativa de mas de 25 años. Como se refleja en su contra etiqueta es un vino con mas de 30 años, cuya solera fundacional data de los años 60 del pasado siglo XX. Es el vino que ha embotellado Apoloybaco para celebrar su 20 aniversario.
Kim Catalán, la chef de este singular espacio gastronómico, no existe otro igual en Sevilla, un lugar concebido para el deleite de la comida y de la bebida, con una cocina innovadora y muy atrevida, caracterizada por la fusión de la actividad culinaría de distintas regiones del Planeta.
El menú propuesto se llamaba «Amazonas», ya que esta inspirado en la biodiversidad de esta maravillosa región sudamericana:
* Paso 01: Flora y Fauna
– Chawanmushi de dashi al miso rojo. Carne de cangrejo con aji limo. Crujiente de cereales.
*Paso 02: El curry también puede ser amazónico
– Pan aireado de yuca, maiz y queso costeño. Pollo al curry amazónico con mani y coco. Gel de limón y cilantro.
* Paso 03: Mis recuerdos en la selva colombiana.
– Gamba al aji amarillo. Papaya verde acevichada. Majado Som Tum.
* Paso 04: Riquezas de moyobamba.
– Lingote de platano maduro asado. Aliño de melocotón y aji charapita. Presa ibérica con adobo crujiente. Demiglase de papelón y hojas de platano.
* Paso 05: Catañas e Higo
– Dulce de castañas del Brasil. Helado de miel de higo. Caramelo de miso blanco / higo en texturas.